Parecía que el futuro de Oscar Vaz era continuar la tarea de su padre como despachante de aduana, pero el destino hizo de él un gran seguidor de los marinistas de nuestro arte. Comienza con el italiano Eduardo de Martino, continúa con Justo Lynch y la perpetúa Vaz.
También contribuyó a su formación el pintor Numa Ayrinhac, quien era muy conocido por sus retratos de Juan y Eva Perón.
La nota completa escrita por Ignacio Gutiérrez Zaldívar pueden leerla en El Cronista.
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