Hace ya muchos años cuando contaba con tan solo 17, allá por 1968, todas las noches  tomaba el colectivo 102 que me llevaba a la Facultad de Derecho. Tenía la suerte de coincidir en el viaje con quien fuera mi profesor de Derecho Político el Dr. Ambrosio Romero Carranza, que enterado de mi afición por el arte un día me trajo en una bolsa algunos cartones con mucha pintura. Eran los cuadros de uno de sus hijos: Fernando.
Quiso el destino que luego de recibirme de abogado, ser profesor de derecho político y otras yerbas, me dedicara a la placentera tarea de ser mercader de arte siendo uno de los primeros artistas en exponer en nuestras salas hace ya treinta años, mi querido amigo Fernando Romero Carranza.
Fernando nació en Buenos Aires en 1935, es un apasionado de todo lo criollo y sus tradiciones, lector empedernido tiene en el “Don Segundo Sombra” de Ricardo Guiraldes su libro de cabecera. Criador de caballos criollos y destacado abogado del derecho marítimo actividades que no le restan tiempo a su pintura.
En su juventud, recorrió los museos del mundo, donde descubrió los paisajes de los “macchiaioli”, pioneros de la pintura al aire libre. Admiró también a los grandes maestros argentinos, que dedicaron su obra a los temas nativos: Quirós, Fader, Cordiviola, Tessandori y Malinverno, entre otros.
Ama profundamente el campo y su gente es por eso que los pagos de Areco, Arrecifes Olavaria, han sido escenario de sus temas predilectos donde , bayos, moros, zainos y rosillos, aparecen atados al palenque o libres bajo los inmensos cielos.
En 1957 ilustró el libro de su padre, “La juventud de Félix Frías”, y desde entonces no ha dejado de pintar. Su primera exposición fue en 1973 en los salones de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos, que el año siguiente le otorgó el premio “El Caballo en el Arte”.
Fernando pintor realista, sabe de caballos y esto se ve en sus cuadros, la raza y sus pelajes los jinetes y sus aperos son tratados con máxima precisión que no quita espacio a la calidez del enfoque.

Ha tenido el honor de ilustrar el libro: “Los Pelajes Criollos” de Emilio Solanet, el estudio más completo y profundo que abarca la hipología y la historia, un verdadero diccionario en cuanto a pelajes, este trabajo le permitió a Romero Carranza incursionar con la paleta en esa riquísima variedad cromática que presentan nuestros criollos.
En sus obras y con el correr del tiempo comienza a despojarse gradualmente de la materia, alcanzando año a año esa depurada técnica que surge de la experiencia y la espontaneidad. Su pincelada define la forma indispensable y su paleta describe con absoluta certeza los cada detalle de nuestro campo.
Ha realizado numerosas exposiciones en nuestro país y el exterior entre estas participó en “Argentine Now”, la muestra que durante 1993 y 1994 se presentó en las principales ciudades de los Estados Unidos de Norteamérica.
Sin duda es el artista que más atrae a los visitantes extranjeros ya que refleja como pocos la inmensidad de la llanura bonaerense la placidez de los esteros y los bajos donde se reflejan sus queridos criollos de pintorescos pelajes.
Dijo el artista: “El paisaje de la llanura bonaerense, fue el único que conocí y viví durante mi infancia y juventud, más tarde llegué al mar y la montaña, pero el campo había impactado definitivamente mi sensibilidad y mis afectos. Por eso pinto mi visión de la llanura y el litoral, sus casas y galpones, tan integrados y naturales como el ombú centinela, o el tala y el sauce que acompañan el curso del arroyo.”