Esta absurda guerra afecta a todo el mundo y no beneficia a nadie. Los rusos son importantes compradores de arte y además tienen una gran cantidad de artistas de calidad. Cuando ocurren estos atropellos bélicos son algunos países los que organizan sanciones. En cambio ahora lo han hecho también las empresas privadas: como las tecnológicas, las de comida rápida y hasta la casas de remate. Algunos artistas, como Marc Chagall, que eran muy demandados por los millonarios rusos, bajarán su cotización y también pasará con las subastas de arte ruso que se hacían en Londres, que me imagino se suspenderán.
La nota completa escrita por Ignacio Gutiérrez Zaldívar pueden leerla en El Cronista.
Fotos:

Las bordadoras de Diego Rivera vendido en 4 millones.

Colorida obra de Le Parc que llegó a 176.000 dólares.

Franz Marc récord.