El 13 de junio de 1853, nació Reinaldo Giudici en el pueblo de Lenno, Italia. Como tantos otros habitantes de la península, sus padres emigraron en busca de mejores horizontes. El pequeño Reinaldo, de ocho años, desembarcó con su familia en Montevideo.
Poco se sabe de su infancia y adolescencia. Sólo que, entre 1862 y 1869, impulsado por su inclinación hacia el arte, es aceptado como aprendiz en el taller del pintor uruguayo Juan Manuel de Blanes. Este artista era famoso en ambas orillas del Plata por sus obras que documentan el pasado histórico de charrúas y argentinos.
En 1870, la familia decide instalarse definitivamente en Buenos Aires y allí Reinaldo se integra rápidamente al reducido pero emprendedor grupo de artistas porteños. Con ellos, y cuando tiene solamente 23 años, funda en 1876 la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, entidad que tendría gran importancia en la formación y el desarrollo de los artistas de las llamadas generaciones del ‘80 y del ‘90.
Al año siguiente el gobierno de la Provincia de Buenos Aires le otorga una beca para que viaje a Roma a estudiar, donde hasta 1879 trabaja y aprende con Césare Maccari, el famoso muralista italiano. Regresa a Buenos Aires al concluir el período de su beca, pero la venta de algunas obras le permite regresar casi de inmediato a Europa.
Esta vez Venecia lo recibe, y trabaja bajo la orientación del gran maestro veneciano Giácomo Favretto hasta 1886, año en que regresa a la Argentina. Estando allí pintó su obra “La sopa de los pobres”, que envió a la Exposición Internacional de Berlín de 1884. La tela fue premiada por unanimidad de votos del jurado, y un año después, mientras la obra estaba expuesta en el Salón de París, fue adquirida por el gobierno argentino.
Cuando regresó a Buenos Aires, Giudici asumió la labor docente en la Academia de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y durante muchos años él y Ángel Della Valle compartieron la labor, sin recibir ninguna remuneración más que la satisfacción de ver a sus discípulos crecer y desarrollar su vocación artística. Si se tiene en cuenta que Quirós, Lynch, Victorica y tantos otros pasaron por sus aulas, debe concluirse que la recompensa obtenida no fue menor…
Sin embargo, la tarea educativa en la Estímulo implicó que su actividad pictórica sufriera interrupciones prolongadas, ya que la labor docente lo absorbía. No obstante, participó del envío de obras a la gran Exposición Internacional de Saint Louis en 1904 y en 1910 seis obras suyas integraron la Exposición del Centenario, en Buenos Aires.
En 1910 viajó por última vez a Italia, residiendo en su ciudad natal, pero debió regresar cuando estalló la primera guerra mundial. Y en 1915, recién vuelto de Europa, expuso 73 obras, en la que habría de ser su última exposición individual.
Giudici pintó retratos y paisajes, y en los últimos años de su vida el paisaje de las sierras de Córdoba, las costas de Mar del Plata y los campos cercanos de Pacheco constituyeron el centro de su interés pictórico. Tanto en los retratos como en los paisajes del natural, son notables el vigor constructivo y la energía cromática que caracterizaron a su obra.
Sus últimos años de vida los dedicó a la docencia y, cuando contaba con 68 años de edad, el 30 de agosto de 1921, falleció en la ciudad de Buenos Aires.