El francés-israelí Patrick Drahi compró, hace dos años, la compañía en 3.700 millones de dólares y la sacó de la oferta pública (bolsa de valores). Ese año la empresa vendió 4.800 millones de dólares, con lo cual era considerable el precio pagado. La mayor venta superó todas las expectativas, fue un lindísimo Botticelli que se pagó 92 millones de dólares, el precio de tasación razonable era una décima parte, pero el currículum de la obra, y su belleza infinita, hicieron de este récord el segundo precio logrado públicamente por una obra en este año.

La nota completa escrita por Ignacio Gutiérrez Zaldívar pueden leerla en El Cronista.

Fotos:

Un Botticelli con aire de Médici.

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